Un evangelio de reino
Desde entonces comenzó Jesús a predicar: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca”.
Mateo 4:17
El reino de los cielos es un tema fundamental y hermoso que nos permite comprender una de las preciosas verdades de las buenas noticias de Dios en relación a la salvación como lo es el Señorío de Cristo en la vida del creyente. Ro. 10: 9-10.
El concepto del reino de los cielos no es un tema atractivo para el pensamiento natural, en un primer momento, porque atenta contra uno de los principios profundamente arraigado en la corriente humanista como es el deseo de todo ser humano de vivir en libertad.
Sin embargo, para todos aquellos que han comprendido la trascendencia de este maravilloso concepto, sus puntos de vista han sido revolucionados de una manera inédita, nunca antes experimentadas en su experiencia de vida, porque al decidir rendir su voluntad a la voluntad del Creador, realmente viven en libertad. He aquí una gran paradoja: someternos a la voluntad de Dios para ser libres.
¿Qué
significa el término reino?
La palabra reino en el Nuevo Testamento proviene del griego basileia, que denota soberanía, dominio, autoridad, poder o imperio. Ya sea en una forma literal o abstracta. Así mismo, para que haya soberanía o gobierno, es necesario que exista un territorio y un pueblo sobre el que se reina o ejerce autoridad. En Lucas 4:5 nos dice que Satanás tentó a Jesús mostrándole en un momento todos los reinos del mundo. Por tanto, la palabra “reino” indica gobierno de un rey sobre un territorio o pueblo que reconoce la soberanía de quien reina y que se somete a esa autoridad.
El
reino de Dios
El término reino en la Escritura se usa
especialmente del reino de Dios y de su Cristo, implicando la esfera de
gobierno o autoridad de Dios. El Salmo 22:28 expresa: “porque del Señor es el
reino, él gobierna sobre las naciones”. Así mismo, Daniel 4:25 le anuncia a
Nabucodonosor, rey de Babilonia, que “pasarán 7 años hasta que su majestad
reconozca que el Altísimo es el Soberano de todos los reinos del mundo y se lo
entrega a quien Él quiere”.
En la actualidad, el mundo es el lugar de una
rebelión universal contra el gobierno de Dios liderado por Satanás, tal como
indica Lucas 4:5-6 y en colaboración con aquellos que rechazan su autoridad;
sin embargo, el Señor Dios de los ejércitos no ha cedido su reinado. De modo que el
reino de Dios, por ahora, es el ámbito, la esfera en el que se reconoce Su autoridad en un momento dado. Salmos 96:10: “Que se diga entre las naciones: ¡el
Señor es rey!
Su
reino en el presente
El Señor está determinado a afirmar Su gobierno por encima de toda rebelión, sea satánica o humana, buscando personas que reconozcan su autoridad y se sometan a sus preceptos, como lo hizo en un principio al escoger una nación que administrara su reino y lo mostrara a otras naciones, pero esta nación al rechazar a su Hijo, fue excluida por un breve tiempo, de su gobierno. Romanos 11:15, 20, 25. Ahora, el Señor llama a hombres y mujeres en todo lugar, de toda raza y nación para que se sometan voluntariamente a su gobierno.
El fundamento del reino de Dios está declarado
en Lucas 17:21, en el momento que unos fariseos le preguntaron a Jesús cuándo
iba a venir el reino de Dios, él les respondió: “La venida del reino de Dios
no se puede someter a cálculos. No van a decir: mírenlo acá, mírenlo allá. Dense cuenta que el reino de Dios está
entre ustedes”. El que se encontraba entre ellos era el propio Mesías, a
quienes ellos rechazaron.
Por consiguiente, en este tiempo, el lugar
donde el Rey se encuentra y se reconoce su gobierno es, en primera instancia el
corazón de cada creyente, individualmente. ( Hechos 4:19, Efesios 3:17, 1 Pedro
3:15); y en segunda instancia, en las iglesias de Dios. (Colosenses 1:26-27).
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