Una promesa para un grupo especial

 


Romanos 8:28

“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito”.

Este pasaje bíblico, es quizás uno de los más inspiradores y consoladores que brinda esperanza al creyente en medio de tanta confusión e incertidumbre que enfrenta cada día. Está especialmente formulado para alentarnos y enfocarnos en medio de las aflicciones del tiempo presente. En este versículo se encuentra una maravillosa promesa que el hijo de Dios necesita comprender y no olvidar. En él, encontramos tres enseñanzas:

Primero, La SOBERANÍA de Dios.

Segundo, Un GRUPO especial

Tercero, Dios tiene un PROPÓSITO eterno.

En el v.28 el apóstol Pablo dice que nosotros, los hijos de Dios, SABEMOS. Esta palabra implica que todos los creyentes entendemos y tenemos la seguridad que Dios dispone TODAS LAS COSAS para que obren a favor de quienes le aman. Pero ¿qué es lo que sabemos? Sabemos que Dios es fiel, todopoderoso, es soberano y que en su soberanía usa todos los eventos y circunstancias que suceden en su creación, incluso cuando sean adversas, para el bien de sus hijos. Porque sabemos que Dios es fiel entonces hay seguridad que cumplirá su promesa.

Luego el apóstol Pablo continúa diciendo: “Dios dispone todas las cosas para el bien…” ¿A qué se refiere Pablo cuando dice TODAS las cosas? Si consideramos el contexto inmediato, nos daremos cuenta que se está refiriendo a los sufrimientos actuales que padecemos por causa de la desobediencia de Adán y del remanente de pecado actúa en los creyentes aun estando en Cristo Jesús, por esta razón gemimos junto con toda la creación en la espera de la plenitud de la redención de nuestro cuerpo físico, v. 23; evento que sucederá cuando Cristo venga por su Iglesia.

Es importante notar que el texto dice: TODAS LAS COSAS, esta expresión incluye todo tipo de sufrimientos, implica que todo eso que nos hace gemir, nuestros fracasos, frustraciones, nuestras debilidades, las debilidades de los otros, pérdidas, problemas, decepciones, dificultades, errores, tribulaciones, desiertos, heridas, calamidades, carencias, TODO COOPERA para el bien de quienes le aman, pues Dios en su providencia hace que cada una de estas circunstancias actúen en forma conjunta de tal manera que el efecto final que van a producir sea superior a lo que hubiesen producido de forma individual. Ilustremos esto de la siguiente manera: Para poder disfrutar de una torta es necesario que se integren varios ingredientes: la harina, azúcar, mantequilla, huevos. Cada ingrediente por sí solo no podría producir una torta, pero cuando son integrados, el producto final es superior a cada uno de sus ingredientes. Eso es lo que hace Dios Padre con los diferentes eventos que ocurren en la vida de quienes le aman y que han sido llamados conforme a su propósito.

Ahora bien, es importante comprender que esta promesa no es para todo el mundo, y solo está garantizada únicamente para un grupo específico, ese grupo tiene una característica: AMA A DIOS. Un verdadero creyente es aquel que ha nacido de nuevo y cuyos ojos han sido abiertos, sanados por el Espíritu Santo para contemplar, palpar y ver la belleza, la grandeza y gloria del carácter de nuestro Dios; su esencia y naturaleza, lleno de bondad, de poder, misericordia, paciencia, fidelidad y que es digno de ser amado con todo nuestro ser y con toda nuestra fuerza.  Un creyente verdadero se distingue porque ama a Dios por quien Él es y lo demuestra con un deseo genuino de obedecerle, Jn. 14:21. Pero también el creyente ama a Dios porque comprende lo que ha hecho, lo que hace y hará a nuestro favor.

¿Y qué ha hecho Dios a nuestro favor? En Cristo Jesús muchísimas cosas, antes estábamos condenados por nuestros pecados,  éramos enemigos de Dios en nuestra forma de pensar (Col. 1:21), pero Él decidió en la eternidad pasada cuando estábamos en nuestra miseria, rescatarnos de esa condición por medio de la vida y obra de Jesucristo para hacernos sus hijos y sus herederos; sabemos que nos ha amó primero, que nos ha liberado de la esclavitud del pecado; sabemos que Él está obrando en nosotros por medio del Espíritu Santo preparándonos para su encuentro, ha restaurado nuestra relación con el Padre y ahora permanecemos en su presencia. Acaso habrá otra razón para amar a Dios. Alguien dijo lo siguiente al respecto: “Qué viaje tan asombroso el del creyente, de nuestras cenizas al trono”.

Este grupo que ama a Dios también es identificado en este versículo desde una perspectiva divina como los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Existen dos llamados:  un llamado general que Dios hace a todos los hombres. Hechos 17:30 lo dice de esta manera: “Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes que se arrepientan” LBLA.

Este es un llamado general, global, universal, donde Dios extiende una invitación a todos los seres humanos para que cambien de actitud y se vuelvan a Él, y la responsabilidad del hombre es responder a ese llamado. Pero, hay otro llamado al que este texto se refiere, identificado como el llamado eficaz. Este llamado eficaz se refiere al hecho de que hay un grupo de personas a quien Dios no solamente le extiende una invitación a venir, sino que además de eso, Dios los capacita y los motiva para responder a dicha invitación. Y esto es posible cuando Dios te hace nacer de nuevo, para que luego que hayas nacido de nuevo puedas entender el evangelio, responder al evangelio y poner tu fe (confianza) en Cristo Jesús.

Por lo tanto,  los que aman a Dios también son identificados en este pasaje 8:28 como los que han sido llamados, aquellos a quienes Dios ha hecho una invitación desde la eternidad pasada, capacitados y habilitados por Dios para responder al llamado, y sólo a estos los que forman parte de este grupo, va dirigido esta hermosa y consoladora promesa que fortalece nuestra fe y enfoca nuestros pensamientos en tiempos de dificultad, porque tenemos la certeza y seguridad que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes le aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito formulado desde antes de la creación del mundo. ¡Nuestro Dios es un Dios asombroso!

 

¡El gozo del Padre y la paz de Jesucristo sea con ustedes siempre!

Comentarios

  1. Preciosa clase,me recuerda como Dios a través de cada proceso va transformado mi vida conforme a su propósito. ¨Estamos en las mejores manos¨

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