La cadena de oro de la salvación
¡Hola a todos! Hoy estaremos meditando en el v. 30 de Romanos 8, el cual nos ayudará a tener un
vislumbre de la extraordinaria obra de Dios en nuestras vidas.
Recordemos
que el v. 28-29, la Escritura nos dice que Dios tiene un propósito y que él
aprovecha todas las circunstancias que le pasan a los que le aman para que se
cumpla ese propósito en ellos. Luego el apóstol explica que ese grupo que ama a
Dios, Él los “conoció de antemano”. En el trasfondo bíblico esa expresión conocer
de antemano significa que el Señor nos amó, eligió y separó en Cristo desde antes de la
fundación del mundo para formar un pueblo para sí para que le conocieran y
amaran. De la misma forma, este versículo también nos expresa, que Dios
predestinó, es decir anticipadamente decidió que aquellos que forman parte del
cuerpo de Cristo habrían de ser conformados a la imagen de su Hijo, en amor. Efesios
1:4
Romanos
8:30 es un hermoso pasaje muy revelador porque nos dice lo que nuestro Señor ha
hecho a nuestro favor por etapas para que podamos identificar Su obra con
claridad. El texto dice la siguiente manera:
“A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también
los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.”
Meditemos el
pasaje con detenimiento, ya que para la para la mayoría de los creyentes cuando
leemos esta parte de las Escrituras nos parece confusa y sin atractivo. Sin embargo, este versículo es conocido en
teología como la cadena de oro de la salvación, pues en ella se revelan
cuatro eventos extraordinarios vinculados entre sí que muestran lo que Dios ha
hecho a favor de aquellos que han reconocido a Cristo como su Señor y Salvador.
En este
pasaje el apóstol Pablo dice que Dios “predestinó”,
¿a quién predestinó?, al grupo de personas que le aman, y quienes lo demuestran con una disposición
continua de obedecerle como un estilo de vida. La palabra predestinar quiere decir que el Señor decidió anticipadamente que aquellos que están en Cristo, serían conformados en carácter como su
Hijo Jesús en un proceso diario y continuo. Este sería el primer eslabón de una
serie de eventos que Dios ha hecho a nuestro favor.
Él no
solamente nos predestinó, sino que también nos
llamó. Este llamado no
es el llamado o invitación general que Dios hace a todos los seres humanos para
que se vuelvan a Él. Este es el llamado eficaz, el cual implica la capacitación
que el Señor proporciona a los creyentes para que puedan responder a su llamado
y vivir bajo la dirección del Espíritu Santo para hacer su voluntad. El llamado
sería el segundo eslabón de los eventos realizados por nuestro Señor a nuestro
favor.
Además, que
el Señor nos llamó, también nos justificó. La justificación es el acto por el cual nuestra relación con el Padre es
restaurada por la fe en la obra, muerte y resurrección de Cristo, quien vivió
en justicia. Su estilo de vida era obedecer al Padre diariamente y siendo
inocente, dio su vida por nosotros, quienes por nuestra injusticia sí debíamos morir;
el justo por los injustos. Romanos 5:1 nos recuerda que ahora nosotros “justificados
por la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Ahora
hay relación entre Dios y nosotros. Ahora, lo podemos conocer y amar. Este es
el tercer eslabón de la cadena de oro de la salvación.
Y por
último, el v. 30 dice que Dios nos glorificó. Este evento aún no se ha realizado pues se refiere a la transformación
de nuestros cuerpos físicos, hecho que sucederá cuando Cristo venga por su
Iglesia. 1 Co. 15. Sin embargo, para la mente de Dios ya es un hecho. Es lo que
en teología se llama un pasado escatológico. ¿Qué quiere decir esto? Significa
que es algo que está en el futuro y que todavía no puedo ver o experimentar,
pero en la mente de Dios ese hecho es una realidad. Seremos perfeccionados en
cuerpo y alma para experimentar la plenitud del propósito del plan de Dios. Seremos semejantes a Él no
sólo en carácter, sino en cuerpo físico también.
En otras palabras, tu
salvación está asegurada, no hay manera que no llegues a ser glorificado porque
eres uno de esos que Dios:
- De antemano conoció: te amó, eligió y apartó en
Cristo.
- También te predestinó para que fueses transformado en
lo moral y en la forma de pensar como Jesús.
- Además, te llamó eficazmente, te ha capacitado,
motivado e impulsado por el Espíritu Santo para desarrollar un estilo de vida
que le agrade al obedecerle.
- Y te justificó, es decir ahora que Cristo pagó nuestra
deuda, nos encontramos en una posición correcta para desarrollar una relación
de amistad y amor con Dios para conocerle.
El Señor llevará a
cabo lo que se propuso hacer en el cuerpo de Cristo desde la eternidad: formar
una gran familia de hombres y mujeres que le amen. En este sentido, ser
glorificados significa ser perfeccionados en cuerpo y alma. Alguien dijo: “La
bendición más grande que Dios te puede dar es hacerte como Jesús”
Esta es la promesa más
gloriosa de la Biblia, Dios se encargará de moldear la imagen de su Hijo aún a
través de aquellas circunstancias que nos parecen trágicas y dolorosas o que
nos resultan completamente incomprensible de este lado de la gloria. El que
comenzó la obra en ti, la perfeccionará hasta el día de Cristo. A Él la gloria
y la gratitud por toda la eternidad.
El gozo del Padre sea
tu fuerza donde quiera que te encuentres!
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