EN POS DE LO SUPREMO
En el año 1994 se estrenó
una película llamada “Forrest Gump”. Y una de las cosas que recuerdo del
largometraje es que luego de la muerte de la madre, el protagonista se ubica en
la puerta de su hogar y mira hacia el fondo del camino que lo llevaría lejos de
su casa. Entonces comienza a correr, quizás pensando llegar solo hasta el final
del camino.
Pero cuando llegó hasta
el final, decidió seguir corriendo hasta la ciudad. Y cuando llegó
a la ciudad, continuó corriendo pensando que podría llegar hasta la frontera del estado.
Y al encontrarse allí, decidió seguir corriendo hasta al
océano y cuando no hubo más camino. Se devolvió para cruzar el país. El hombre corrió y corrió, se convirtió en una
celebridad y hasta tuvo seguidores. Pero luego de 3 años, 2 meses y 14 días,
dejó de correr.
Así como Forrest Gump
comenzó a participar en una carrera personal aparentemente sin una meta, muchos
hijos de Dios viven sin saber con seguridad y certeza cuál
es el propósito de Dios para sus vidas.
Sin embargo, el apóstol
Pablo por medio de este pasaje nos recuerda cuál es el propósito, el premio, la
meta de nuestro supremo llamamiento que cada creyente nunca debe olvidar. El apóstol Pablo usa una metáfora deportiva
para ilustrar este principio bíblico de crecimiento y madurez, comparando la
vida cristiana con alguien que participa en una carrera.
En el deporte, las
competencias tienen un propósito: ¿cuál es? llegar a la meta, obtener un
premio; de la misma manera, la vida cristiana tiene una meta, un premio
espiritual que Dios ofrece a los creyentes. En el contexto de este pasaje, algunas
personas estaban enseñando que para alcanzar la perfección espiritual tenían
que poner su fe no solo en la obra de Jesucristo, sino también en los méritos
humanos, en su sistema de creencias, eso significaba que tenían que circuncidarse
y debían guardar la ley. v.3
Ante esta enseñanza falsa,
el apóstol expresa lo siguiente, “nosotros nos enorgullecemos en Cristo
Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos” para tener una
correcta relación con Dios. Para el apóstol, la gracia de Dios solo se alcanza
por la obra mediadora de Cristo y no por lo que el ser humano pueda hacer para
Dios.
Es debido a lo anterior que
en los vs. 4-11 Pablo explica que si había alguien para tener motivos
suficientes para considerar que ya había alcanzado la perfección espiritual por
confiar en sus méritos o esfuerzos humanos ése era él presentando su hoja de vida
en los vs. 4-7 del cap. 3.
Y, si somos sinceros, al
leer el curriculum de Pablo en los v. 4-11, muchos llegarían a la falsa conclusión
que él ya había alcanzado esa, tan anhelada perfección espiritual por sus
logros y méritos humanos. Y es por esta causa, que Pablo explica en los vs
12-16, el significado verdadero de la frase perfección espiritual y qué
hacer para alcanzarla, considerando la perfección espiritual como el propósito,
la meta, el premio ofrecido por Dios para sus hijos, según Filip. 3:14.
AHORA ¿QUÉ SIGNIFICA SER
PERFECTO?
En el v.12 del cap. 3, el
apóstol expresa: “No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto…”
Luego que Pablo expone su curriculum, él aclara que no es perfecto. ¿A qué se refiere
Pablo cuando dice que no es perfecto? La palabra perfecto se deriva del gr. teleio que significa literalmente: completar, finalizar, expresa la idea de plenitud, terminar
en carácter, un carácter desarrollado y ha alcanzado su madurez plena.
De acuerdo a lo anterior,
Pablo lo que nos está indicando en este pasaje, es lo siguiente: “no es que yo
haya logrado que la formación de mi carácter ya esté finalizada”. Él aclara que,
aunque él es una nueva criatura y esté unido a Cristo y que, además tenga una
posición justa ante Dios, y posea al Espíritu Santo obrando en él, Pablo nos
dice que no ha alcanzado la perfección moralmente hablando.
¿Qué quiere decir esto? Significa que Pablo todavía era susceptible a la tentación, que todavía poseía una naturaleza
pecaminosa y que aún era una persona que pecaba o cometía errores. Es por esta
causa, que la mentalidad de “perfección” espiritual o moral que se estaba
promoviendo en aquellos días, así como ahora, debía ser sustituida por un
pensamiento de búsqueda de esa perfección, de esa madurez y crecimiento
que el creyente ha reconocer que todavía no la posee así como lo hizo el
apóstol Pablo, quien ya en unión con Cristo, quien ya estaba experimentando paz
con Dios en una relación de armonía con el Padre por la obra de Cristo, quien
ya tenía las bendiciones espirituales a su disposición, él nos dice que todavía
no era perfecto.
Este pensamiento de
búsqueda de perfección es sinónimo de madurez o crecimiento que todo creyente ha
de experimentar y procurar. Este principio es reiterado en las Escrituras una y
otra vez. 2 Pedro 3:18 lo expone de la siguiente manera: “crezcan en la
gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador”. En otras
palabras, el creyente ha de experimentar un proceso de crecimiento, de madurez
y éste se ha de manifestar en la transformación y cambio de su propio carácter.
Esto es lo que dice Pablo en Fil. 3:14: “sigo avanzando hacia la meta
para alcanzar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento
celestial en Cristo Jesús”.
CUATRO PRINCIPIOS PARA
OBTENER EL PREMIO
En Filipenses 3: 12-16,
se pueden identificar 4 principios para obtener el premio, la meta, la madurez,
el crecimiento que es sinónimo de ser semejantes a Cristo.
En primer lugar, reconozca
su necesidad de crecer, v.12. Pablo
comienza con una conciencia y comprensión clara que no ha llegado a la
perfección, es decir, no ha alcanza la suficiente madurez espiritual. Él, en otras palabras reconoce
y dice que “no he alcanzado la semejanza a Cristo, que estoy en ese proceso, pero hay una búsqueda en mi vida”. Y, para reconocer esto, se necesita cualidad del carácter, la humildad.
En segundo lugar, hay que esforzarse
por buscar el premio, v.12. “No es que ya lo haya alcanzado… Sino que prosigo
por ver si logro asir aquello para lo cual fui alcanzado por Cristo Jesús”. La
palabra prosigo gr. dioko, significa correr, buscar, perseguir, andar
en pos… Esta palabra es usada en una
persona que corre a toda velocidad e indica una actitud de esfuerzo agresivo, corre con energía, con determinación, dispuesto a arrebatar el premio a los otros
participantes. La semejanza a Cristo es la meta y es lo que importa aquí.
En tercer lugar, aprender desarrollar concentración y enfoque, el apóstol en v. 13b, expresa “… más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás”. Hay que romper con el pasado, incluso con las cosas buenas: sus grandes méritos, obras virtuosas, servicios en la congregación y con pensamientos como que “antes era mejor”. Pensar de esa manera no tiene relevancia alguna en el presente, porque esa clase de pensamiento no te permitirá avanzar.
Contrario a lo anterior, hay
personas que se desaniman y se deprimen por los errores que cometieron, por las
decepciones y frustraciones exprimentadas en las tentaciones pasadas. Recordar qué hizo o
dejó de hacer en el pasado no debe paralizarlo. Coloque sus manos en el arado y
no mire atrás. Avance y prosiga. Busque
el premio.
En cuarto lugar, la
grandeza del premio me motiva a buscarlo. v. 13b, …” olvidándome lo que queda
atrás y esforzándome por alcanzar lo que está adelante”. La palabra “esforzándome
o extendiéndome”, del gr. epekteinomai, denota estirar un músculo
intensamente.
Esta expresión hace
referencia a la actitud de un corredor que está haciendo un esfuerzo extremo y
máximo para alcanzar lo que está al frente de él. Él mismo se motiva, busca
fuerzas, las saca donde no las hay por causa del premio. Nuestra meta
debe estar enfocada en ser como Jesucristo y en la búsqueda de conseguir ese
premio. A partir de ahí va a surgir una vida que tenga impacto y gran influencia.
Eso es lo que hizo Pablo
y lo que cada uno de nosotros hemos de hacer. Él pudo decir: “Sean
imitadores de mí, sigan todos mi ejemplo y fíjense en los que comportan
conforme al modelo que les hemos dado”, v.17. Recuerda que la perfección
espiritual es Cristo, es la única meta, Cristo es el propósito de Dios para ti,
que conozcas su vida y carácter para aprender y decidir ser semejantes a Él.
¡El gozo del Padre sea tu
fuerza donde quieras que te encuentres!
¡Exelente! 🤗
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